Este volumen recoge los tres ensayos que escribió Herbert Marcuse tras los sucesos de 1968 centrados en la estética porque consideró que era la cuestión política más urgente. No apuesta por modos de lucha ni criterios de organización. Ello se debe a que creía que las revoluciones pueden ser aplastadas desde dentro debido a un elemento de autoderrota. El principio de realidad capitalista está arraigado en los seres humanos y en sus comportamientos, siendo necesario un cambio antropológico para transformar la sociedad. Frente a esta situación, la estética tiene dos sentidos: sensibilidad y arte. Libres de la propiedad privada, los sentidos pueden volverse receptivos a otras potencialidades y posibilidades. El arte es una fuerza bidimensional que transfigura y redime, liberando a la materia de su definición funcional. Marcuse plantea así un desafío a la revolución cultural para generar una nueva sensibilidad y convertirla en una fuerza política. Propone una transformación revolucionaria de las subjetividades como base para una verdadera revolución. Enfrentándose a la cultura tecnológica que busca adaptar lo h