Este ensayo examina una zona hasta hoy prácticamente desconocida de la prosa reflexiva de Alejo Carpentier. Su autor nos presenta al gran novelista cubano también como un extraordinario cronista teatral, cuyos textos sobre el tema comienzan a publicarse desde los años juveniles del autor de El siglo de las luces. Carpentier, en textos que aparecieron en revistas diversas, nos revela que el gran novelista cubano no solo tuvo una apasionada vocación por el teatro, sino que también contribuyó de modo extraordinario a la valoración de la dramaturgia y la puesta en escena en América Latina, Estados Unidos, Europa, China y Japón.