En 1959 tres álbumes fundamentales de Miles Davis, John Coltrane y Ornette Coleman llevaron a sus últimas posibilidades el jazz de su época, frente al que surgiría el free jazz.Este nuevo estilo musical exacerbaba la negritud, rescataba las raíces africanas, explotaba la ancestral polirritmia y al mismo tiempo conectaba con las vanguardias artísticas de su tiempo, generando un tipo de improvisación nunca oído hasta entonces. Era un jazz más radical, tanto en lo musical como en lo político. Los músicos que lo abrazaron eran exploradores de nuevas sonoridades, que podían resultar ásperas y violentas. Era el sonido de la libertad.