En "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa", último libro de José Carlos Rosales, la acción poética se sitúa en medio de un diluvio incesante, un diluvio que ha interrumpido demasiadas cosas y que va convirtiendo la urbe (¿imaginaria?) en "una marisma turbia" en la que la misma memoria de las cosas se vuelve húmeda. "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa" es un poemario construido sobre tres ejes: uno, el de un grupo de personas que deambula en busca de una vía de escape; dos, el de aquel que se mueve llevando una piedra escondida; y tres, el de la naturaleza o sentido de ese equipaje pétreo. La piedra simboliza algo que nunca llega a explicitarse, tal vez el peso del pasado, tal vez el afán de futuro.