Espacio vital publicado originalmente como Elbow Room en 1977 es el epítome de lo que James Alan McPherson significó para la literatura de su tiempo, que es también el nuestro. Ser un escritor negro en los Estados Unidos marcó tanto la escritura de McPherson como la percepción que de él tuvo el mundillo literario que le tocó vivir, un mundillo en el que, a golpe de codazos, supo abrirse un espacio vital donde permitirse ser auténtico.
Los doce relatos que están recogidos en este volumen, con el que McPherson se convirtió en el primer autor afroamericano en recibir un premio Pulitzer en la categoría de ficción (en 1978), continúan apelando a un mundo extrañamente familiar de desigualdades e injusticias, de violencias e incomprensiones, pero también de lucha y reivindicación. Un ejemplo irrefutable de la destreza narrativa de McPherson, con un característico tono desenfadado que rebosa humor y que acerca las historias a la narrativa oral. Espacio vital sigue interpelándonos a pesar de los años transcurridos. McPherson, en su momento, asumió la responsabilidad de concebir estas inolvidables historias; nos corresponde ahora la responsabilidad de leerlas e intentar hacer del mundo que reflejan un lugar distinto y, si tenemos un poco de suerte, un lugar mejor.