En las páginas de Explorador de bulevares aparecen desde Alejandría, Vilna o Lvov a Tánger y Nowa Huta, pasando por el París alemán, el complejo Berlín de entreguerras o el lejano Shanghái y el manchuriano Harbin. [...] Por Venecia, La Habana o la Viena de El tercer hombre. Pero también por un invernal campo albaceteño o, desde el recuerdo infantil, por el Madrid primaveral de principios de los sesenta. Un tono semejante al que inspira el capítulo «Nueva Geografía esencial», que es una continuación del apartado titulado «Geografía esencial», la compilación de postales-telegrama que cerraba Atlas personal, un libro también editado por Renacimiento, que se encuentra en el origen de este volumen.