La presente obra es un compendio de microrrelatos y aforismos. Si El Oasis trató el tema del gran amor bajo la fórmula de un relato antiquísimo y unos poemas arrancados a las arenas del desierto, Teología de Tu Mirada sitúa en nuestros días la consagración de tan explosivo sentimiento. De ese modo, asistimos a una suerte de diario en el que se va desgranando la crónica de una relación a través de cuatro secciones: microrrelatos, confidencias, saludos y deseos.
El subtítulo de la obra, Un Amor en la Frontera, constituye toda una declaración de intenciones sobre la tematización del gran amor que inauguró El Oasis. Bajo esa concepción, el gran amor requiere la creación de una loca hermandad que sitúa a sus miembros en un estado de permanente tensión evolutiva que los conduce desde la realidad cotidiana hasta el reino de la fantasía a través de un puente llamado deseo. Exige, por tanto, unos personajes que transiten por la frontera entre dos mundos, el que suele llamarse real y el territorio soñado al que viajan a través de su unión. Seres fronterizos que viven una situación forzosamente inestable y que suscriben la reflexión que José Luis Sampedro formuló en La Vieja Sirena acerca de que la vida crece en la frontera.
¿Por qué ese título, Teología de Tu Mirada? Dejemos que nos conteste el propio autor de la obra: Los dioses se esfuman cuando surge el gran amor, por la sencilla razón de que para los amantes no existe más divinidad que el ser amado. Por eso hablamos en este texto de una Teología tan atea como profundamente religiosa a la vez, pues combina la negación de deidades sobrenaturales con la elevación a lo divino del amor humano. Por tanto nos hallamos ante un tratado que plasma el amor a la divina amada, a la dueña de esa mirada que transporta al amante al exclusivo territorio de la fantasía, a ese nosotros que entre ellos han construido. Y en ese profundo sentido Teología de Tu Mirada es la inevitable continuación de El Oasis, porque eleva a la Reina de Saba a la categoría de Diosa.
