Este pequeño libro de cuentos nace de la paz de estar sin hacer nada en las islas Bahamas en 2012.
A veces la creatividad surge del sufrimiento, otras de la diversión y otras, como en este caso, de la contemplación... y hasta del tedio de la nada.
La romántica idea de navegar junto a un amor con una copa de cava en la mano se deshizo desde el momento que escuché al subir a bordo por primera vez: "Te voy a decir lo que tienes que hacer si me caigo por la borda"...
La sensación de vivir en un velero fue de peligro de muerte permanente en las fauces de algún tiburón, de hundimiento, o perdidos en medio de la nada... Vivir solucionando los problemas de the galley and the head (la cocina y el baño), todo en otro idioma, además de las noches sin dormir, las guardias, los mareos... me llevaron, al recalar en aquellas hermosas islas de aguas tan poco profundas, de
regreso a mi patria; como dijo un poeta, mi lenguaje.
Partí con la ilusión de vivir, más que enamorada, en amor dada y vivir borracha de amor... pero las borracheras fueron otras... y no fueron mías...
El tiempo detenido en un espacio limitado y casi inexistente por inalcanzable y lejano, me llevaron en mi hiperactividad compulsiva, a- después de mucho aprender a hacer pan, cocinar, leer, dormir, meditar, entrenar...- coser, cantar y escribir.
Las Bahamas me dieron paz, serenidad y seguridad dentro de lo que cabía (de los 37 pies pegados al agua).
Doy gracias a la vida por haberme dado la
oportunidad de conocer ese lugar maravilloso, y
haber sido capaz de plasmarlo en palabras que
espero ahora ustedes disfruten. Y de haber podido amar con tanta intensidad.
