Andalucía ha sido históricamente una tierra siempre poblada, desde sus primeros moradores, pasando por la misteriosa Tartessos, fenicios, griegos y romanos, moldean una tierra rica en historia y cultura. La posterior presencia musulmana termina de configurar este territorio, para que los posteriores siglos tras la llegada de los reinos cristianos, hicieran de Andalucía lo que es hoy, dotándola de un patrimonio humano y cultural sin parangón. Sus pobladores, a lo largo de tan extensa historia, se han movido en flujos migratorios a lo largo y ancho de la misma, pues las guerras de conquista, las pestes y enfermedades, las catástrofes naturales y como no, su relación con el medio productivo principal que es la tierra, han hecho de las migraciones en Andalucía un fenómeno recurrente, que han poblado y despoblado de forma cíclica sus distintos rincones. Es en esta relación con el medio productivo, donde encontramos desde mediados del pasado siglo xx, el origen de la situación que tenemos en la actualidad y que esta obra estudia para abrir un escenario de reflexión. El fenómeno de lo que se ha dado a conocer como