A la hierba nadie le dice cuánto tiene que crecer ni hasta dónde derramar su manto. La hierba conoce el camino y las piedras que lo componen de la misma manera que la protagonista de esta novela. Una mujer poderosa y valiente que reconoce cada señal del mapa, cada símbolo de las huellas que otros dejaron, cada vestigio del tiempo. Como una peregrina se va internando en la búsqueda de una verdad apasionante que hace de esta historia una amalgama intrigante y auténtica.
Una mujer de cualquier tiempo porque en cualquier tiempo se reconoce. Una historia de cualquier tiempo porque en cualquier tiempo se reconoce la historia que aquí se cuenta.