Este libro, aparecido en 1984 con el título de
La mappa e il periplo. Cartografia antica e spazio
odologico, introdujo un nuevo punto de vista
en los estudios de geografía antigua, en sus
métodos y en sus consideraciones. Sugerido
aquel por la psicología cognitiva moderna, y
ya conocido por estudiosos de otros campos,
el autor demuestra eficaz y fecundamente sus
posibilidades aplicadas a la percepción antigua
del espacio. Autores como Kurt Lewin,
Jean Piaget y otros han investigado durante
mucho tiempo las formas en que se aprehende
el espacio, cómo se representa y comunica,
mental o gráficamente, y cómo evoluciona a
medida que maduran los individuos o se desarrollan
las culturas. El concepto de espacio
hodológico, es decir, el espacio percibido y representado
a través de la subjetividad de los
caminos practicados, resulta extraordinariamente
fructífero en su oposición al de espacio
cartográfico, que persigue la congruencia objetiva
entre la realidad geográfica y la representación
del mapa. Partiendo de una tradición
en la investigación ampliamente practicada
en el siglo XX, especialmente en el
mundo anglosajón, esta monografía ha ejercido
una considerable influencia en la producción
internacional posterior, marcando con su
aparición un antes y un después en los estudios
sobre la actitud del hombre antiguo ante
el mundo geográfico y su representación.