La piel es el lienzo en blanco que muestra los sentimientos. Tras el primer encuentro fallido entre ambos Álex y Tomás proponen a Daniela un nuevo encuentro que resulta ser mucho mejor que el primero. Las cosas fluyen entre ellos, hay complicidad, se complementan entre todos. Daniela encuentra muchos puntos en común con Álex y también con Tomás. Se podría decir que ambos son lo que busca en un hombre, son la combinación perfecta. Empiezan a aflorar sentimientos entre los integrantes del trío, sentimientos encontrados que crearan problemas entre ellos. Un hecho inesperado hace que salte todo por los aires. Parece que cuando una cosa se arregla otra se estropea, esa incertidumbre hace que Daniela se plantee muchas cosas, intenta encontrar la mejor solución a todo lo que está viviendo, no quiere hacer daño a ninguno de los dos, pero tampoco quiere olvidarse de ella. Quiere ser feliz pero no a cualquier precio, quiere enamorarse pero no de cualquier manera; sus experiencias anteriores le hacen ser muy cauta. No quiere más dolor, ni mentiras ni relaciones tóxicas. Es sencillo quiere ser feliz, si es acompañada o sola, pero ser feliz. Considera que alejarse de esos dos hombres es la mejor opción, en escena aparecen nuevas protagonistas que hacen que tome esa decisión Shanarani e Himar, cada una de ellas hace que la vida de Álex y Tomás se agite más y ella está en medio. Daniela está perdida y no sabe muy bien qué hacer con su vida, las personas que la rodean saben que está enamorada pero no lo reconoce; entre todos preparan una encerrona para que aclare sus sentimientos, que salga bien o mal es otro asunto.
