Amante confesa de las cámaras analógicas, la fotógrafa chilena afincada en Madrid reafirma en su obra más personal, su predilección por lo cotidiano, ya sea la comida del día a día o su círculo más cercano. Buena prueba de ello es su primer fotolibro, ?Helados? (Metalibro, 2020), en el que hace un repaso por las esculturas de helados que se ha ido encontrando en sus viajes a ciudades como Madrid, París, Berlín o Barcelona. Una cotidianeidad que recupera, en forma de fotografías íntimas, en su nuevo proyecto editorial; ?Rocío [2008?2022] x ROCÍO AGUIRRE?, un fotolibro en el que hace un repaso por su juventud, que supera el relato autobiográfico para convertirse en un informe generacional. Formado por ?un baúl de fotografías que fueron catalogadas y ordenadas de manera distinta, en distintos momentos?, la nueva obra de la fotógrafa arranca en Chile para hacer un recorrido por una innumerable lista de países en los que retrata a una juventud que creció a la sombra del desencanto de la generación X. Un sentimiento al que no escapó la propia autora, que creció en un país marcado por la dictadura militar de
