En un mundo que avanza implacablemente, Un mundo de paternidades surge como una pausa crucial, un alto en la vida de los personajes, una detención obligada para observar lo recorrido y buscar grietas fundacionales, para encontrar la pieza perdida en el rompecabezas de sus vidas y comprender su propia historia. Estos cuentos son testimonio de que nunca es tarde para enfrentar las heridas de la infancia, que como ríos subterráneos continúan manando en la adultez. Con gran determinación, los personajes se aventuran en la búsqueda incesante de la verdad, conscientes de que, solo desde el reconocimiento y la recuperación de la memoria, es posible iniciar una reconstrucción. Un mundo de paternidades da vida a una variedad de perspectivas y voces que se entrelazan como piezas de un puzle mayor. Los lectores son invitados a reflexionar sobre la ineludible naturaleza de la imperfección, la indiferencia, el amor, la violencia, la apatía, la mentira y el silencio, entre otras piezas. Después de todo, ¿qué es la paternidad, sino el eterno intento de encajar piezas nuevas en un rompecabezas que no termina de resolverse?