Más de veinte años después de la última reunión de su poesía, Jon Juaristi (Bilbao, 1951) compendia en este Derrotero sus ocho libros de poemas con el sabroso añadido de dos composiciones de juventud y de una amplia treintena de poemas inéditos escritos a lo largo de los últimos años. Capaz de definir, de forma memorable, el Romancero Viejo en un solo endecasílabo -«moribunda fogata de frontera»-, o de hacernos ver, en dos palabras, la exactitud fugaz de los «undosos estaños» del Bidasoa, no es casual que Enrique García-Máiquez haya visto en Juaristi a todo un «maestro en estro» y calificado su poética como «anhelo de¡sengañado de cultura e inteligencia». El propio Juaristi ha caracterizado de forma muy precisa su mester (hablando de Ángel González) como el de «una poesía del rigor lingüístico y formal, de registro coloquial, de temple diríamos que aristotélico -una poesía que huye al mismo tiempo del lenguaje elevado y del demasiado llano, que evita las frases hechas, que lucha contra el cliché, y que cuando recurre al cliché es siempre con un sentido irónico-, una poesía que desconfía también de la vanguar